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Estamos juntos en esto: La larga lucha contra la corrupción en Colombia

Publicado el 30-08-2018
Tiempo de lectura 2 minutos
  • Colombia
  • Noticias

Su país acudió a las urnas para votar en un referéndum anticorrupción la semana pasada. Ángela Rodríguez, Directora Ejecutiva de NIMD en Colombia, reflexiona sobre las secuelas.

Nunca en la historia de Colombia se había aceptado un mandato político de forma tan rotunda. Más de 11 millones de colombianos votaron en el reciente referéndum sobre medidas anticorrupción. Eso es más gente de la que votó por el actual presidente colombiano, o de hecho por cualquier presidente en la historia de mi país.

Todo esto demuestra el hartazgo de los colombianos por la falta de transparencia e igualdad en la política. La gente está harta de los sueldos altísimos de los diputados y de que algunos dirigentes hagan carrera política durante toda su vida. Quieren que los dirigentes políticos rindan cuentas, que la contratación pública sea transparente y que los políticos corruptos afronten las consecuencias legales.

No hay quórum

Aunque la participación en el referéndum fue mayor de lo esperado, el número de votos no alcanzó el umbral legal necesario para sacar adelante las medidas anticorrupción. Esto plantea muchos interrogantes sobre lo que debe ocurrir a continuación.

Mientras que, para los detractores de la iniciativa, los resultados muestran la falta de poder de los movimientos ciudadanos, los abanderados de la iniciativa están triunfantes. Para ellos, dejando a un lado la participación, la votación estableció el impulso ciudadano. Las llamadas a la transformación de las prácticas políticas son difíciles de ignorar.

¿Y ahora qué?

Una vez realizado el escrutinio preliminar, el Presidente de Colombia, tras haber votado en el referéndum, ha reafirmado su compromiso de promover medidas legislativas destinadas a crear los cambios necesarios para sanear la política. Esto se ha visto respaldado por una serie de proyectos de ley, presentados por su partido en las últimas semanas.

La tarea de avanzar para satisfacer las demandas de la población corresponde -al menos parcialmente- al Congreso. Tradicionalmente, el Congreso no ha sido muy receptivo a las iniciativas ciudadanas (como los referendos anteriores). Pero no olvidemos que las medidas del referéndum anticorrupción (incluyendo sus implicaciones logísticas, como costos y fecha de implementación) ya fueron aprobadas por representantes de todos los partidos políticos en el Congreso durante su última legislatura.

Para dar seguimiento a la voluntad ciudadana expresada en las urnas, el Congreso podría crear una comisión multipartidista, un grupo que trascienda los límites partidistas para luchar eficazmente contra la corrupción. NIMD hace un llamado para que el Congreso aproveche esta oportunidad única de actuar con responsabilidad y con la representación democrática que le otorgó la gran mayoría de los votantes colombianos en el referendo.

El poder de las personas

De todo esto, lo que más destaca es que los actores más importantes son los propios colombianos. Este pueblo, con su voto en el referéndum, ha demostrado que quiere nuevas formas de hacer política. El referéndum -y las medidas que proponía- lograron movilizar a los ciudadanos para que dejaran de lado sus afiliaciones políticas. Incluso dieron una buena batalla contra las notoriamente altas tasas de abstención de Colombia.

El próximo reto será aumentar la participación política y capacitar a los ciudadanos. El referéndum es sólo un punto de partida. Debe ir seguido de una supervisión constante de las acciones de los legisladores y de unas relaciones más estrechas entre ciudadanos y políticos. En este escenario, la construcción de la moral pública es una responsabilidad de todos, no sólo de las élites políticas.

Promover la transparencia, al igual que construir la paz, es un valor esencial de la democracia. Se hace realidad a través de las acciones cotidianas de todos los ciudadanos. Con esto en mente, NIMD lleva muchos años trabajando para poner herramientas a disposición de los partidos políticos, las empresas públicas y los ciudadanos en general. Estas herramientas promueven la transparencia; ayudan a implementar las leyes existentes; definen las agendas legislativas a través del diálogo multipartidista; y proporcionan formación dentro de nuestras Escuelas de Democracia. Así esperamos seguir apoyando una democracia más fuerte en Colombia.