La violencia contra las mujeres en la política en el punto de mira

Cada año, del 25 de noviembre al 10 de diciembre, la ONU celebra su 16 días de activismo contra la violencia de género. Es hora de imaginar un futuro mejor, libre de violencia, para todas las mujeres y niñas, y de intensificar nuestra acción colectiva para hacer realidad ese futuro.
En este contexto, el NIMD centra su atención en la violencia contra las mujeres en la política. A través de nuestra serie de artículos, exploramos la importancia crucial de crear un entorno que apoye y proteja a las mujeres en política, y cómo nos esforzamos por alcanzar esa realidad en El Salvador y Colombia.
Violencia contra las mujeres en la política
En todo el mundo, las mujeres se enfrentan sistemáticamente a la violencia cuando participan en política. En la mayoría de las culturas, la política se ha considerado tradicionalmente un espacio de hombres. Y esa visión sigue impregnando a menudo el sector. Las mujeres pueden ser vistas como impostoras, lo que conduce a actos de violencia hacia las que se atreven a entrar en política.

Estos actos de violencia pueden adoptar la forma de amenazas y violencia física. Pero también pueden manifestarse de otras maneras. Las agresiones psicológicas, sexuales, políticas y verbales son todas ellas formas de violencia que actúan para silenciar y excluir a las mujeres políticas.
De hecho, las mujeres que trabajan en política han denunciado el doble de probabilidades como los hombres a sufrir maltrato psicológico. En Colombia, por ejemplo, casi 7 de cada 10 mujeres en política se enfrentan a actos de violencia. Y las manifestaciones más comunes de violencia son fisiológicas o simbólicas (Según el Observatorio contra la Violencia hacia las Mujeres Políticas, apoyado y promovido por NIMD Colombia).
Dado que la violencia física suele ser más fácil de detectar, eso también significa que es probable que la violencia contra las mujeres en política pase desapercibida o no se denuncie.
Por si fuera poco, a veces la violencia contra las mujeres en la política se considera simplemente el coste que soportan las mujeres para entrar en política. Este supuesto silencia a las mujeres en política y normaliza la violencia a la que se enfrentan.
Una violación de los derechos humanos
Aunque con demasiada frecuencia pasa desapercibida, la violencia de género contra las mujeres en política es una violación de los derechos humanos y políticos.
Desde la celebración de sesiones parlamentarias en horarios que excluyen a las madres (que tradicionalmente siguen asumiendo la mayor parte de las tareas de cuidado de los hijos en muchos países)... hasta la toma de decisiones durante reuniones informales en las que sólo participan hombres... pasando por la denegación de tiempo a las mujeres para hablar en el parlamento... hasta la infravaloración y devaluación sistemáticas del trabajo de las mujeres políticas. Las mujeres políticas son sistemáticamente ignoradas, subestimadas y criticadas.
Y luego está el papel de los medios de comunicación en la trivialización de la labor de las mujeres políticas, con su énfasis en los roles familiares, la moda y las apariencias por encima de las políticas y los contenidos. Este sesgo se expone muy claramente en nuestro libro, Bailar al revés con tacones altos por Virginia García Beaudoux.
Todo esto se ha visto exacerbado por las redes sociales, donde las mujeres que se dedican a la política se enfrentan a un volumen desproporcionado de ataques en línea, historias falsas e imágenes humillantes o de contenido sexual.
Silenciar a las mujeres
Todas estas formas de violencia sirven efectivamente para expulsar a las mujeres de la política.
Algunas mujeres, por lo demás políticamente ambiciosas, optan por no entrar en política, disuadidas por las amenazas y la cobertura mediática negativa que pueden acompañar a sus campañas políticas. Y algunas políticas competentes deciden no quedarse, cansadas de la violencia a la que se enfrentan constantemente en el trabajo.

Todo esto ocurre en un contexto en el que necesitamos desesperadamente más mujeres en política, especialmente en puestos de toma de decisiones. Sólo 26% de todos los parlamentarios nacionales son mujeres. Y, sólo 21% de los ministros del gobierno son mujeres.
Participación política de las mujeres e igualdad de género
La exclusión de las mujeres del ámbito político es un golpe enorme para la igualdad de género en general.
De hecho, según la ONULas mujeres políticas son importantes defensoras de la igualdad de género. A menudo encabezan la legislación sobre violencia de género, permiso parental y cuidado de los hijos, pensiones, leyes de igualdad de género y reforma electoral. Y las mujeres tienden a demostrar su liderazgo político trabajando en todos los partidos a través de grupos parlamentarios de mujeres, incluso en los entornos políticamente más combativos.
Si queremos que las cosas cambien, necesitamos mujeres capaces y activas que asuman su papel en la política. Necesitamos que sus ideas sean escuchadas y puestas en práctica. Necesitamos que se sientan seguras para crecer y prosperar en sus funciones. Y necesitamos que tengan acceso a la información.
Para que esto sea una realidad, debemos trabajar para acabar con el sistema excluyente que mantiene fuera a las mujeres. Tenemos que transformar las normas de género restrictivas, para que las mujeres en política sean valoradas y respetadas como iguales.
Así que más mujeres en la política es sólo una parte de la respuesta. También tenemos que construir un entorno favorable, que prevenga la violencia y proteja a las mujeres de ella.
Porque la violencia no debe ser el coste de participar en política. Tenemos que trabajar por un sistema y una cultura en los que todas las personas puedan elegir su derecho a participar en política sin miedo a la violencia, el acoso o el abuso.
Participación política de las mujeres en América Latina
En NIMD, sabemos que eliminar la violencia contra las mujeres en política va más allá de promover un asiento en la mesa para las mujeres. Para dar pasos reales hacia la inclusión, también abordamos las reglas sistémicas no escritas y las normas de género que excluyen a las mujeres de la participación.
Lo hacemos trabajando con un conjunto diverso de actores. Trabajamos para empoderar a la sociedad civil y colaboramos con los actores políticos para influir en la legislación nacional, ayudar a los partidos políticos en su reglamento interno y fomentar una cultura política abierta mediante la formación y el diálogo.

Para celebrar los 16 días de activismo, profundizamos en nuestro trabajo para combatir la violencia contra las mujeres en la política en América Latina. Descubre cómo llegamos a los votantes en El Salvador y reunimos a expertos para mejorar la visibilidad y la no normalización de la violencia contra las mujeres en la política en Colombia.