Saltar al contenido
Volver a la vista general

Día Internacional de la Mujer: Mejor equilibrio, mejor mundo

Publicado el 08-03-2019
Tiempo de lectura 4 minutos
  • Noticias
Will we achieve equal rights without equal representation? Photo credit: Marc Nozell (Flickr)
¿Conseguiremos la igualdad de derechos sin la igualdad de representación? Crédito de la foto: Marc Nozell (Flickr)

Este Día Internacional de la Mujercon motivo del Día Internacional de la Mujer, personas de todo el mundo se unen para reclamar un mundo con igualdad de género. A través del tema de este año - #balanceforbetter - se nos recuerda que el equilibrio impulsa un mundo laboral mejor.

Para celebrarlo, Dalila Brosto, Asesora de Conocimientos del NIMD, se pregunta "en política, ¿en qué nos beneficia a todos el equilibrio?

En el Día Internacional de la Mujer 2019, asistimos a una celebración global en todo el mundo, en la que se destacan los logros de las mujeres y cómo siguen superando tenazmente los retos políticos, económicos y sociales.

Desgraciadamente, por estas fechas también nos bombardean con informes, artículos y blogs que ponen de relieve el largo camino que nos queda por recorrer antes de cerrar la brecha de género. Un ejemplo: el informe del Foro Económico Mundial Índice de capacitación política global muestra que sólo 18% de los ministros y 24% de los parlamentarios del mundo son mujeres.

La igualdad de acceso a la justicia, la educación y los derechos son los fundamentos de una sociedad democrática. Crédito de la foto: Gobierno de la Isla del Príncipe Eduardo (Flickr)

¿Por qué es mejor el equilibrio?

La participación equilibrada de hombres y mujeres en la política es fundamental para el futuro de la democracia representativa y la sostenibilidad de los sistemas políticos de todo el mundo.

Hay evidencia creciente que las mujeres mejoran los procesos de toma de decisiones políticas. Las mujeres demuestran su liderazgo político trabajando en todos los partidos a través de los grupos parlamentarios de mujeres, incluso en los entornos políticamente más combativos. Y es más probable que defender la igualdad de génerocomo la eliminación de la violencia de género, el permiso parental y el cuidado de los hijos, las pensiones, las leyes de igualdad de género y la reforma electoral.

¿Conseguiremos la igualdad de derechos sin la igualdad de representación? Crédito de la foto: Marc Nozell (Flickr)

 

Pero eso no es todo. El pleno ejercicio de los derechos políticos de la mujer tiene un efecto potenciador. La participación política aumenta la confianza y la autoestima y se refleja en la forma en que las mujeres hacen valer sus demás derechos. En otras palabras, a menudo es ejerciendo sus derechos cívicos y políticos como las mujeres toman conciencia también de sus derechos sociales, económicos y culturales.

Por ello, las partes interesadas deben comprometerse a realizar un esfuerzo exigente y a largo plazo para que haya más mujeres en la política. Sencillamente, beneficiará a toda la sociedad.

¿Qué podemos hacer por un mundo más equilibrado?

Es hora de abordar la infrarrepresentación de las mujeres en la política como un problema que impide el buen funcionamiento de las democracias representativas de todo el mundo.

Las barreras que impiden a las mujeres entrar en el campo político son variadas y se han debatido ampliamente. Entre ellas figuran el propio sistema electoral (las mujeres obtienen mejores resultados en los sistemas de representación proporcional que en los de mayoría simple basados en distritos uninominales); la falta de acceso a la financiación; redes profesionales más débiles; y responsabilidades externas que dificultan la asunción de condiciones de trabajo imprevisibles.

Con una sociedad más equilibrada, podemos liberar más de nuestro potencial colectivo. Crédito de la foto: Nathan Rupert (Flickr)

Estas barreras constituyen un reto mundial, como se reconoce en la 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para un futuro mejor y más sostenible.

En el NIMD estamos convencidos de que esta cuestión debe abordarse desde una perspectiva global que pueda traducirse en agendas políticas nacionales. Por eso trabajamos en todos nuestros programas para amplificar las voces de las mujeres y capacitarlas para allanar el camino hacia el liderazgo.

Creemos que la lucha contra las barreras que impiden el acceso de las mujeres al poder no debe centrarse sólo en leyes o políticas específicas, sino también en las barreras sociales subyacentes e interconectadas que están profundamente arraigadas en la sociedad.

Estas barreras están relacionadas con las condiciones sociales y políticas de un Estado patriarcal, que no tiene en cuenta la "doble carga" de obligaciones públicas y privadas que a menudo recae sobre las mujeres.

En este sentido, tenemos que cuestionar las normas y prácticas no escritas que excluyen a las mujeres de participar en política en primer lugar.

Estas normas perpetúan la desigualdad a todos niveles de la sociedad. No se trata sólo de cambiar la política, sino de cambiar las mentalidades y crear culturas integradoras. Por eso necesitamos trabajar en todos los niveles de una cultura si realmente queremos marcar la diferencia.

A pesar de nuestros esfuerzos colectivos, las niñas siguen teniendo muchas más probabilidades que los niños de no recibir nunca una educación formal. Crédito de la foto: United Nations Photo (Flickr)

Por tanto, es importante un enfoque equilibrado

La educación, por ejemplo, es uno de los medios más importantes para marcar la diferencia. Podemos aspirar a una voz femenina más fuerte en política si primero promovemos y mejoramos la educación de las mujeres y las niñas. Tenemos que cambiar los programas educativos que perpetúan el patriarcado y reproducen el desequilibrio de género.

Este ejemplo muestra por qué el cambio real depende de que las personas y las organizaciones trabajen para promover la inclusión en todos los ámbitos. diferente sectores de la sociedad. Algunos trabajarán en educación, otros en política, otros en sanidad... pero todos como parte de un objetivo más amplio.

Trabajando juntos, podemos crear un cambio cultural general. Juntos podemos ayudar a derribar las barreras patriarcales que impiden a las mujeres participar en política. Podemos influir tanto dentro como fuera del Parlamento.

En el NIMD trabajamos para crear este cambio cultural dentro de la propia política. Esto significa fomentar una cultura política abierta e integradora a través de la formación y el diálogo. A través de nuestra Escuelas democráticasPor ejemplo, promovemos la tolerancia, los derechos humanos, la diversidad y el respeto mutuo. Queremos que los propios políticos se conviertan en defensores de un mundo equilibrado entre hombres y mujeres. A fin de cuentas, un firme compromiso con la igualdad de género -proporcionar a las mujeres las mismas oportunidades de educación, participación y poder- no sólo es lo correcto, sino que también repercute positivamente en el bienestar de un país.

Ninguna sociedad puede alcanzar su potencial si se frena a la mitad de su población. Depende de nosotros, hombres y mujeres, hacerlo realidad.