Día Internacional de la Democracia: Una oportunidad única para una nueva visión

En el Día Internacional de la Democracia, reflexionamos sobre un año pasado difícil y miramos hacia delante, hacia nuestra visión de la democracia en todo el mundo, mientras salimos de la crisis de COVID.
Cuando el mundo celebra el Día Internacional de la Democracia, puede ser tentador mirar a nuestro alrededor y sentirnos abatidos por la situación actual. Un experimento de dos décadas para llevar la libertad y la democracia a Afganistán ha terminado con los talibanes de nuevo en el poder; el COVID-19 ha llevado a que los derechos democráticos que tanto costó conseguir sean barridos por medidas de emergencia; los regímenes autoritarios de países como Myanmar, Túnez y Bielorrusia estrechan su cerco.
Ahora, cuando muchos países inician el tímido proceso de apertura tras largos bloqueos, se plantean cuestiones sobre cómo reparar el daño causado por COVID-19 y qué tipo de sociedades deberían surgir de los escombros de la peor crisis sanitaria mundial de una generación.
Desafíos futuros
Sin duda quedan muchos retos por delante. El coronavirus no sólo afectó a las libertades democráticas y erosionó los derechos humanos en muchos países, pero exacerbó las desigualdades existentes y amplificó las divisiones en todas partes. COVID-19 también se produjo cuando la confianza entre los gobiernos y la población se encontraba en mínimos históricos, con regímenes autoritarios y populistas a punto de aprovechar el impulso.
Pero hay razones para el optimismo. El mundo que emerge de la pandemia tiene un aspecto muy diferente al que entró en él a finales de 2019, y muchos de los acontecimientos son positivos. Los temores de que Donald Trump subvirtiera la democracia estadounidense para ganar otro mandato no se cumplieron. Voces tradicionalmente marginadas se han hecho oír a través de movimientos como Black Lives Matter. Las protestas prodemocráticas en países tan diversos como Myanmar, Bielorrusia y Hong Kong han acaparado la imaginación en todo el mundo. En Afganistán, las mujeres a las que se prometió un futuro mejor para luego abandonarlas en manos de los talibanes han demostrado una increíble resistencia, muchas de ellas desafiando la ira de los talibanes y protestando en las calles de Afganistán o concediendo apasionadas entrevistas a medios de comunicación de todo el mundo, negándose a ser silenciadas.
Y aunque COVID-19 puso de manifiesto las enormes desigualdades existentes en las sociedades, también impulsó a muchos a tomar medidas para cerrar esas brechas, y voces antes marginadas se alzaron y alzaron la voz.
"La democracia no prospera cuando se concede a unos pocos elegidos el privilegio de participar en una estructura plagada de corrupción y nepotismo".
En el NIMD creemos que ahora tenemos una oportunidad única para aprovechar esta positividad y energía y luchar no sólo para proteger la democracia en todo el mundo, sino para promover activamente una nueva visión de la democracia inclusiva en la que se escuchen todas las voces.
"Vemos una y otra vez que la democracia no prospera cuando se concede a unos pocos elegidos el privilegio de participar en una estructura plagada de corrupción y nepotismo, y Afganistán es sólo el último ejemplo", afirma Thijs Berman, Director Ejecutivo del NIMD.
"Sin la participación de las mujeres, los jóvenes, los grupos minoritarios y las personas de distintos entornos socioeconómicos -dentro de una estructura en la que todos compitan en igualdad de condiciones- no hacemos más que defender de boquilla la idea de democracia".
Movilizar las voces de las personas tradicionalmente marginadas del proceso político es el núcleo de la misión de NIMD, con el objetivo de reducir la brecha entre el gobierno y la población y crear plataformas para un diálogo abierto e integrador. Una iniciativa reciente en Malí, en la que colaboramos con blogueros malienses para lanzar la iniciativa #MaCampaña de transiciónllegando a más de 1,4 millones de personas en todo el país y recogiendo sus opiniones y esperanzas tras el golpe de 2020. Esta campaña en las redes sociales dio lugar a recomendaciones concretas para el proceso de transición.
"Aquí en Malí, hay muy poca confianza entre la gente y los partidos políticos, pero a menudo son las únicas voces que oímos", afirma Ibrahim Maïga, Representante Regional de NIMD para el Sahel.
"Así que necesitamos crear espacios que permitan a la población expresar sus propias opiniones y perspectivas sobre el replanteamiento del proceso democrático".
En todo el mundo, invertimos en programas similares, trabajando para mejorar las estructuras políticas y garantizar que las mujeres, los jóvenes agentes del cambio, las minorías y otros grupos cruciales participen en todos los niveles del proceso.

Evolución positiva
El año pasado, NIMD colaboró con oficinas nacionales y socios en 20 países:
- Formó a unos 4.000 aspirantes a agentes políticos en su Escuelas democráticasEn la actualidad, casi la mitad de los licenciados son mujeres.
- Reunió a más de 300 partidos políticos diversos en Plataformas de diálogo para fomentar la confianza por encima de las diferencias y establecer objetivos comunes.
- Colaboró en la El coste de la políticauna iniciativa con la Westminster Foundation of Democracy para documentar las barreras financieras a las que se enfrentan los aspirantes a políticos de todo el mundo y fomentar la transparencia y la inclusión.
- Lanzado el Salto por la paz y el Poder del Diálogo, colaboraciones con organizaciones de todo el mundo que promueven sociedades integradoras.
Sin duda habrá muchos retos por delante en el camino hacia una democracia inclusiva, pero el Día Internacional de la Democracia nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre los últimos acontecimientos, aprender de los errores del pasado y empezar a trabajar por un futuro mejor para todos.