El diálogo en la construcción de la paz: Una visita de aprendizaje de Mozambique a Colombia

Gracias a nuestro trabajo en todo el mundo, la red NIMD posee amplios conocimientos sobre cómo promover la democracia en distintos países y contextos.
El Director del Programa de Mozambique, Emiel Bijlmakers, viajó recientemente a Colombia para ver qué enseñanzas del Proceso de Paz son también pertinentes en el contexto del nuevo Acuerdo de Paz en el país donde se ejecuta su programa. Esto es lo que aprendió.
Al salir de la pista y entrar en el aeropuerto El Dorado de Bogotá, veo rápidamente a mi colega Gil Mulhovo, Director de la organización asociada a NIMD IMD Mozambique. Nuestro viaje hasta aquí se ha hecho esperar y sonreímos al saludarnos, ambos ansiosos por aprovechar los próximos siete días para aprender del Proceso de Paz colombiano, especialmente de la experiencia en torno a la conversión de las FARC de un movimiento armado a un partido político cívico. Utilizaremos lo que aprendamos de nuestro viaje para dar forma al programa de NIMD con los partidos políticos en Mozambique, en el nuevo contexto del nuevo Acuerdo de Paz de Mozambique firmado en agosto de 2019.

Tengo especial interés en aprender de diferentes personas que trabajaron directamente con las FARC para comprender los incentivos y las dificultades a las que se enfrentaron a la hora de convertir un movimiento armado en un partido político plenamente cívico.
Una de las similitudes entre Renamo, el antiguo grupo rebelde convertido en partido político en Mozambique, y las FARC es que, a pesar de su ala política, ambos siguen luchando con un ala armada del grupo que pretende reanudar la lucha armada. Creemos que el NIMD y el IMD pueden contribuir al éxito de la conversión de Renamo en un partido político plenamente cívico reforzando las capacidades de diálogo de sus dirigentes. Estas habilidades les ayudarán a mantener a su partido en la senda pacífica.
Comparación de las enseñanzas extraídas de nuestra labor en Colombia y Mozambique
NIMD lleva trabajando en programas a largo plazo tanto en Colombia como en Mozambique desde 2010 y 2000, respectivamente. En Colombia, nuestro trabajo desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016 se ha centrado en ayudar al país en su camino hacia una paz duradera.
Durante nuestro viaje, nuestros colegas colombianos compartieron ideas y lecciones de su propio trabajo para promover la paz, además de organizar una serie de reuniones con otras partes interesadas en el proceso.
Tras una calurosa bienvenida al Oficina de NIMD en Colombia, nos inunda la información sobre el rico y complejo Proceso de Paz en curso en el país. A medida que transcurre la semana, hablamos con las numerosas instituciones gubernamentales y organizaciones de la sociedad civil encargadas de hacer realidad la paz en Colombia, un país con un pasado tan violento.
El diálogo, clave de una paz duradera
Cuanto más aprendemos, más escuchamos un mensaje recurrente sobre la importancia del diálogo en un proceso de paz. No sólo el diálogo obvio entre los dos antagonistas -en el caso de Colombia, las FARC y el Gobierno- sino, más allá, el diálogo entre las víctimas, la sociedad en la que las FARC deben integrarse, la sociedad en general y las numerosas instituciones implicadas en la aplicación del Acuerdo de Paz.

Un terreno de juego diferente
A pesar del nivel de detalle y del esfuerzo realizado en el Acuerdo de 310 páginas, su aplicación sigue siendo un reto y requiere un diálogo constante. A través de este diálogo, las partes implicadas pueden reaccionar ante una realidad cambiante y ante las nuevas percepciones obtenidas de la aplicación. Se trata de un esfuerzo continuo, complejo y amplio, que necesita del diálogo para reunir a la gente y encontrar conjuntamente la manera de que la paz funcione.
En Mozambique, en cambio, el Acuerdo de Paz es un documento relativamente breve, de unas 15 páginas, negociado entre el Presidente del país y el Presidente de Renamo. Es un ejemplo del llamado pacto de élite entre dos personas y, por lo tanto, no es muy inclusivo. El documento no proporciona muchos detalles sobre cómo debe implementarse el Acuerdo y las víctimas apenas aparecen en el documento. Si el proceso colombiano es problemático, ¡sólo puedo imaginar lo que le espera a Mozambique con la escasa orientación que ofrece el Acuerdo de Paz!
A pesar de esta gran discrepancia entre los dos procesos de paz, volvemos a casa inspirados y esperanzados. Lo más importante en Mozambique es que hay un acuerdo entre las dos partes, lo que demuestra la voluntad de que la paz funcione.
Mirando al futuro
El viaje a Colombia nos ha enseñado que el diálogo es una potente herramienta para incluir a más personas en el Proceso de Paz y facilitar la aplicación del Acuerdo de Paz.
Esta lección puede aplicarse con flexibilidad y hay margen para que las organizaciones de la sociedad civil llenen el vacío y garanticen que el diálogo figurará en el próximo Proceso de Paz. Tenemos que trabajar de forma coherente con estas organizaciones, y su labor complementará nuestro compromiso con el sector político.
A través de nuestro compromiso a largo plazo en Mozambique, creo que el NIMD y el IMD están bien posicionados para desempeñar un papel a la hora de guiar a los partidos políticos a través del Proceso de Paz en Mozambique hacia una sociedad inclusiva y sostenible.