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En el NIMD creemos en un futuro mejor, un futuro pacífico y próspero en el que las personas puedan prosperar. Y creemos que este futuro depende de una democracia receptiva e inclusiva.

Construir sociedades prósperas

La democracia -en sus múltiples formas en todo el mundo- es el único sistema de gobierno basado en la igualdad de todos los individuos; y el único sistema capaz de servir a los intereses de la sociedad en su conjunto de manera justa.

En las democracias, la calidad de la gobernanza mejora a medida que los poderosos tienen que rendir cuentas gracias a los controles y equilibrios de unas instituciones fuertes y unos medios de comunicación libres e independientes. La democracia conlleva la promesa de que cada individuo pueda vivir con dignidad.

Mayor felicidad

De hecho, a través de todo nuestro trabajo, vemos cómo la democracia ofrece la mejor oportunidad para que las personas disfruten de libertades personales, alcancen sus aspiraciones y contribuyan a una sociedad próspera.

Los estudios han demostrado que una persona que vive en democracia tiene probablemente una mayor esperanza de vida, una mayor felicidad y una mayor satisfacción vital.

Sociedades más estables

Y las democracias también fomentan una sociedad más estable. Al promover la inclusión y garantizar que se escuchen las voces de todos los grupos, las democracias pueden facilitar la coexistencia pacífica entre comunidades diversas. Es más, cuando aspiramos a resolver los conflictos mediante el diálogo en lugar de la violencia, podemos ofrecer a todos los ciudadanos una plataforma para expresar sus opiniones e ideas. Esto ayuda a prevenir la marginación y el malestar social.

Pero esta realidad está muy lejos. Hoy en día, los cimientos mismos de la democracia están amenazados. La puntuación media de la democracia mundial ha caído recientemente a su nivel más bajo en casi 20 años, con menos del 8% de la población mundial viviendo en una democracia plena.

Este declive no es sólo una estadística; representa una tendencia peligrosa en la que se están erosionando los principios que sustentan las sociedades pacíficas y prósperas. El auge del autoritarismo significa que cada vez más personas viven bajo regímenes que no respetan sus derechos ni su voz. A medida que aumenta el número de países que avanzan hacia la autocracia, la labor de nuestro NIMD es más importante que nunca.

Adoptar valores democráticos

Por supuesto, la respuesta va más allá de la simple celebración de elecciones y la instauración de instituciones democráticas como el parlamento, el gobierno y los partidos políticos y la celebración de elecciones. El hecho de que un país sea oficialmente una democracia no significa que esté libre de desafíos o conflictos; tampoco significa que todas las voces serán escuchadas o que todos los problemas sociales se resolverán.

Esto se debe a que la verdadera democracia es algo más que un conjunto de sistemas: se trata de adoptar valores como la receptividad, la inclusión y el respeto por la diversidad de opiniones. Cuando las democracias defienden realmente estos valores fundamentales es cuando tienen más posibilidades de crear una sociedad estable y próspera.

Por eso el NIMD trabaja para fortalecer la democracia. Ayudamos a los actores políticos a responder eficazmente a las necesidades de la población y a amplificar las voces de todos los grupos. Y trabajamos por una cultura de confianza y respeto dentro de la política.

Cuando se dan todas estas condiciones, es cuando las sociedades pacíficas y sus gentes pueden florecer.

Construir un mundo próspero

El trabajo de NIMD es importante para todos los habitantes de los países en los que trabajamos. Pero también es importante para las sociedades de todo el mundo.

Porque los ataques a la democracia nos ponen en peligro a todos. Cuando se socavan los principios y las instituciones democráticas, se alimentan la división y el conflicto.

Esta inestabilidad nacional se convierte a menudo en inestabilidad mundial. Hoy en día, en todo el mundo, el aumento del autoritarismo, el declive de los valores democráticos, los conflictos provocados por el clima y el resurgimiento de grupos terroristas crean un panorama de amenazas complejo e interconectado.

Y esta inseguridad global perjudica los intereses empresariales, altera las cadenas de suministro e intensifica las presiones migratorias.

Al abordar estos problemas en su raíz, NIMD pretende prevenir los efectos dominó que perjudican a las sociedades en todo el mundo. Así es como nos esforzamos por allanar el camino hacia un mundo de paz e inclusión.

Nuestro trabajo no sólo es necesario, sino esencial para la prosperidad y la seguridad de las generaciones futuras.

Nuestro trabajo es importante para los Países Bajos

Como nación comercial pequeña, internacional e interconectada, los Países Bajos se benefician más que la mayoría de un mundo colaborativo y predecible. Sin embargo, esto también significa que nos afecta directamente el actual aumento de la inseguridad en todo el mundo, desde los conflictos al terrorismo y el cambio climático.

Así que los ciudadanos holandeses necesita democracias más fuertes en todo el mundo. Porque sólo la verdadera democracia -en la que se respetan las libertades personales y se escuchan todas las voces- puede hacer frente a la inseguridad nacional que se encuentra en el centro de los retos mundiales. La democracia es lo que protegerá nuestros intereses dentro y fuera de nuestras fronteras.

A partir de nuestra Raíces holandesas y experiencia, el NIMD trabaja para fortalecer la democracia en regiones frágiles. Al fin y al cabo, nuestro país siempre ha hecho hincapié en la importancia de la colaboración, el consenso y la inclusión en política.

Combinamos estos valores holandeses con un profundo conocimiento de los países en los que trabajamos. Colaboramos en pie de igualdad con expertos nacionales para desarrollar estrategias que respondan realmente a las necesidades de cada país.

Juntos, ofrecemos resultados tangibles. De hecho, desde fomento de los procesos de paz a mejorar la gobernanza medioambiental, nuestros proyectos marcan una diferencia real en la vida de las personas.

En Burundi, estamos colaboración con los partidos políticos para que el país tenga las mejores posibilidades de celebrar unas elecciones pacíficas y representativas. En un país que se enfrenta a grandes retos sociopolíticos y económicos, esperamos que estas elecciones alivien las tensiones políticas y allanen el camino hacia un mayor bienestar.

Lo hacemos trabajando a distintos niveles. En primer lugar, trabajamos para garantizar un sistema político eficaz e integrador. Trabajamos con los políticos y las instituciones políticas para garantizar que cuentan con las capacidades, los conocimientos y las estructuras internas necesarias para satisfacer realmente las necesidades de las personas a las que sirven.

En segundo lugar, trabajamos para cambiar las mentalidades, promoviendo una cultura de confianza y respeto por encima de las divisiones políticas. Porque, una vez que se rompen las tensiones dentro de la política, es cuando se puede garantizar la estabilidad y la paz. Entonces pueden empezar a trabajar juntos en políticas eficaces para el futuro de su país.

En definitiva, nuestro planteamiento es sencillo: Abordamos los problemas críticos en su raíz, aplicamos intervenciones basadas en pruebas y nos implicamos a fondo con las comunidades con las que trabajamos. Así es como garantizamos que nuestro trabajo marque la diferencia, mientras nos esforzamos por allanar el camino hacia un mundo seguro marcado por la paz, la inclusión, la justicia y la sostenibilidad.

En Colombia, hemos reunido a más de 500 jóvenes diversos para co-crear una declaración conjunta destinada a aumentar la participación de los jóvenes en el país. Esta declaración ofrece a los legisladores una valiosa visión de las necesidades, demandas y retos a los que se enfrentan los jóvenes colombianos. Cuando los jóvenes participan directamente en el proceso político, contribuyen a dar forma a un sistema político más abierto e inclusivo, que escucha todas las voces y fomenta la inclusión por encima de la marginación y la polarización.