#UN75: La democracia empieza por el diálogo

En un mundo de cambios drásticos y problemas complejos, desde la pandemia del Covid-19 a la crisis climática, necesitamos más que nunca la acción colectiva.
Por eso, para celebrar su 75 aniversario, la ONU ha establecido un diálogo mundial. En un momento crucial de la historia de la ONU, se pide a la gente que haga oír su voz, que se ponga de acuerdo para definir cómo podemos recuperarnos mejor de la pandemia y conseguir un mundo mejor.
NIMD no podría estar más de acuerdo con este llamamiento especial al diálogo y la inclusión, a abrirse al debate y escuchar todas las voces. Es la esencia de lo que hacemos. Y creemos que está en el corazón de la democracia inclusiva.
¿Qué es el diálogo?
Diálogo no es lo mismo que debate o negociación.
En un verdadero diálogo, todos los participantes tienen la oportunidad de expresar su opinión. El énfasis se pone en la escucha activa, en tratar de entender el punto de vista de las otras personas que están sentadas a la mesa contigo. Y la intención es llegar a un consenso. Un diálogo eficaz permite encontrar nuevas soluciones y nuevas formas de avanzar juntos.
¿Cómo refuerza el diálogo la democracia?
Las democracias fuertes e inclusivas se forjan a través del diálogo.
En primer lugar, y quizá lo más importante, el diálogo abre la puerta a la inclusión.
A nuestro alrededor, asistimos al crecimiento de ideologías que justifican la exclusión; inevitablemente, darán lugar a injusticias, tensiones, violencia e incluso conflictos. Para mantener la estabilidad y la democracia, necesitamos sistemas que permitan a todos expresar sus necesidades y participar en la toma de decisiones políticas.
Creando espacios seguros, donde todos los grupos puedan ser escuchados en las estructuras de toma de decisiones, podemos empezar a trabajar por una sociedad más integradora. El diálogo entre los actores políticos y la población, por ejemplo, es clave para ello.
Además, el diálogo nos anima a ponernos en el lugar de los demás. Escuchando activamente a los demás y comprendiendo los diferentes puntos de vista, los distintos grupos pueden empezar a entenderse y respetarse. Al encontrar puntos en común, pueden crear nuevas soluciones a problemas antiguos y persistentes.
Por eso el diálogo contrarresta la polarización, rompe las pautas de desconfianza y previene los conflictos. Crea entendimiento mutuo, fomenta la colaboración pacífica y permite la inclusión. Todas estas cosas son fundamentales para una verdadera democracia inclusiva.
¿Cómo fomenta NIMD el diálogo?
En NIMD, nuestro trabajo se centra en el diálogo y la creación de confianza.
Tanto si se trata de una plataforma de diálogo formal, como de una reunión informal, una clase de la Escuela de la Democracia o una sesión de formación interna en la oficina de un partido político, nuestras estrategias y actividades de intervención siempre tienen como objetivo reunir a la gente para que colabore.
En nuestras plataformas de diálogo interpartidista, reunimos a actores de todas las confesiones políticas para que puedan superar barreras y sentar las bases para trabajar juntos. Una vez establecido un nivel básico de confianza, ayudamos a los participantes a formular un programa común de reforma democrática. A menudo esto se traduce en un cambio político real que mejora la vida de los ciudadanos y el sistema democrático de un país.
Además, trabajamos para abrir el diálogo entre los actores políticos y las poblaciones. Apoyamos a los políticos para que encuentren nuevas formas de conectar con la sociedad civil, sus votantes y la población en general. Creamos plataformas en las que estos grupos pueden reunirse en un espíritu de respeto, apertura y escucha mutua.
Una vez que los ciudadanos pueden influir y comprender en qué trabajan sus representantes, están mejor preparados para pedirles cuentas y participar más en política. Del mismo modo, los actores políticos pueden mejorar la política cuando cuentan con las aportaciones de las personas a las que más afecta.