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Declaración conjunta: Cumbre para la Democracia

Publicado el 10-05-2021
Tiempo de lectura 3 minutos
  • Noticias

Antes de su toma de posesión como Presidente de Estados Unidos este año, Joe Biden se comprometió a celebrar la primera "Cumbre por la Democracia" internacional del mundo. La Cumbre mundial representa una oportunidad para que los socios de todo el planeta reafirmen la importancia de la gobernanza democrática tras 15 años de declive democrático. Dados los retos internos a los que se enfrentan las democracias de todo tipo y los desafíos en la escena internacional, ha llegado el momento de reflexionar y actuar.

Por eso, el NIMD se ha unido a nuestros compañeros de la Asociación Europea para la Democracia (AED)una red de organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan en apoyo de la democracia en todo el mundo, para firmar una declaración sobre la Cumbre para la Democracia. Juntos, pedimos que se tomen medidas para garantizar que la Cumbre para la Democracia cumpla su potencial de apoyo a un cambio democrático real.

Creemos que la Cumbre tiene el potencial de apoyar un verdadero cambio democrático, centrar las mentes en prioridades específicas y sentar las bases para un mayor compromiso. La organización de la Cumbre también plantea una serie de cuestiones clave que influyen en su posible éxito e impacto.

¿Qué temas deben tratarse? ¿Dónde se celebrará? ¿Será un acto único? ¿A quién hay que invitar?

Todas estas cuestiones son consideraciones perfectamente válidas para la comunidad internacional, en particular porque es vital que el proceso de la Cumbre no perjudique los esfuerzos para apoyar la democracia. La credibilidad de la Cumbre descansa en un compromiso compartido para abordar los retos a los que se enfrenta la democracia en todas partes.

Con este espíritu, recomendamos a los gobiernos europeos, a las instituciones de la Unión Europea y a nuestros socios no estatales:

1. Apoyar la preparación de una declaración de la Cumbre que reconozca los desafíos a la democracia y establezca una serie de compromisos concretos.

La Cumbre debe aspirar a algo más que una declaración sobre la importancia de la democracia. Es necesaria una comprensión compartida de los retos democráticos para subrayar que la Cumbre no es un mero ejercicio de política exterior. Como tal, todos los participantes deberán estar dispuestos a debatir cuestiones internas incómodas. Esto debería contribuir a que la Cumbre tenga una visión de futuro y ayude a establecer la agenda de la democracia a nivel mundial.

Los gobiernos y los agentes no estatales deberían estar obligados a asumir compromisos específicos en relación con su adhesión a la Cumbre (ya sean políticos y/o financieros, tanto nacionales como internacionales), sobre unas pocas dimensiones bien definidas. Estamos dispuestos a aportar reflexiones e ideas para estos compromisos basadas en nuestras evaluaciones e investigaciones sobre los retos internos y externos. Dados estos retos, los compromisos deben reflejar la urgencia necesaria para apoyar la democracia en todo el mundo. 

2. Garantizar que la Cumbre forme parte de una campaña más amplia de mayor cooperación internacional en apoyo de la democracia.

Creemos que el evento tendría más probabilidades de éxito si formara parte de una campaña mucho más amplia de apoyo y protección de las democracias. Este proceso podría incluir una serie de actos previos y de seguimiento vinculados a la Cumbre. Estamos dispuestos a contribuir a ello.

3. Preparar ya el seguimiento de la Cumbre

Para que los compromisos de los participantes tengan algún valor, deberían ir acompañados de algún tipo de mecanismo de supervisión independiente que también pudiera ofrecer apoyo. La Cumbre debería instar a los Estados a aceptar el apoyo mutuo en el fortalecimiento de sus democracias, por ejemplo, mediante revisiones periódicas entre pares. Esto no tiene por qué implicar la creación de un nuevo organismo, sino que puede integrarse en las estructuras internacionales existentes.

4. Evitar la tentación de limitar la Cumbre a un ámbito político concreto o a un componente clave de la gobernanza democrática.

Somos partidarios de adoptar un enfoque amplio del tema de la Cumbre. Existe el peligro de que centrarse en una cuestión específica pueda limitar la eficacia de la Cumbre. Por lo tanto, los debates deberían abordar 1) las amenazas a los aspectos clave de la gobernanza democrática -como la inclusión, la libertad de expresión, la polarización, la lucha contra la corrupción y la integridad electoral- y 2) los retos políticos clave que la democracia debe ayudar a abordar -como el clima, la salud mundial, la comunicación digital, la recuperación económica y la justicia social-. Sólo combinando ambas áreas podrá la propia Cumbre ayudar a establecer la agenda internacional para la protección y la renovación democráticas.

5. Dar prioridad a la inclusión de una amplia diversidad de actores de todo el mundo.

Dados los posibles escollos relacionados con la selección de delegaciones oficiales, la Cumbre debería estar abierta a actores no estatales. Apoyamos que se estudien ideas como la de garantizar que los gobiernos inviten a su oposición política. La Cumbre también debería tener una clara dimensión de la sociedad civil, en la que los gobiernos entablen un diálogo con los agentes no estatales, y en la que la sociedad civil internacional pueda presentar y debatir un amplio conjunto de recomendaciones a los gobiernos.

Esto es importante tanto por la señal política que envía como para construir la coalición amplia y con visión de futuro que se necesita para abordar los retos democráticos.

Lea la declaración completa y la lista de firmantes aquí.