Saltar al contenido
Volver a la vista general

La mayoría de edad de la democracia digital

Publicado el 10-04-2017
Tiempo de lectura 3 minutos
  • Noticias
NIMD Honduras communicates with the media after the 2021 elections.
NIMD Honduras se comunica con los medios de comunicación tras las elecciones de 2021.

Will Derks, asesor de innovación del NIMD, analiza "Democracia digital: Las herramientas que transforman el compromiso político", un documento de Julie Simon, Theo Bass, Victoria Boelman y Geoff Mulgan sobre las innovaciones pioneras en democracia digital que se están produciendo a escala mundial.

"¿Cómo podemos empezar a determinar (...) qué constituye una herramienta digital "de éxito"?", los autores de Democracia digital se preguntan en las observaciones finales de su oportuno informe sobre los últimos avances en el uso de los medios digitales con fines democráticos.

La pregunta es típica de este excelente estudio, tan revelador y orientado a la práctica como crítico. Aunque los autores -que trabajan para la "fundación para la innovación" con sede en el Reino Unido Nesta - creen, por supuesto, en el potencial democrático de la tecnología digital, están lejos de ser ingenuos. Al contrario, a lo largo de su informe no rehúyen las preguntas incómodas y los comentarios críticos. Este enfoque se basa en su deseo de reforzar los fundamentos de futuras aventuras en el uso de herramientas digitales para la democracia.

Plétora

Como muestra el informe, durante la última década el uso experimental de la tecnología digital para mejorar los procesos democráticos ha despegado realmente, dando lugar a una plétora de iniciativas que pretenden fomentar la participación de los ciudadanos en la toma de decisiones democráticas utilizando una variedad de herramientas digitales en rápido crecimiento. También demuestra que ha llegado el momento de realizar un sólido estudio intermedio y una evaluación de los resultados obtenidos hasta la fecha, una especie de reculer pour mieux sauter destinados a mejorar la calidad de los siguientes pasos de la experimentación en curso.

Eso es precisamente lo que hace este estudio. Es descriptivo y prescriptivo al mismo tiempo. En primer lugar, traza un mapa de lo que ha estado ocurriendo a nivel mundial en el frente de la democracia digital y lo resume convenientemente en una tipología que consta de diez formas de democracia digital, que van desde la relativamente sencilla "Informar a los ciudadanos", pasando por la más intensa "Los ciudadanos elaboran propuestas", hasta la plenamente participativa "Los ciudadanos toman decisiones". Estas diez categorías se distinguen mediante logotipos y colores que facilitan al lector la visión de conjunto de los estudios de casos que constituyen la mayor parte del informe. Algunos de estos estudios de casos sobre herramientas digitales -utilizadas por parlamentos, consejos municipales y partidos políticos de países como Francia, España, Brasil, Taiwán, Estonia, Finlandia, Reino Unido e Islandia- llevan la etiqueta "Inmersión profunda" y, por tanto, ofrecen información mucho más detallada que los titulados "Visión general".

Fuente: Democracia Digital: The Tools Transforming Political Engagement, p.13.

Un patrón claro

Esta alternancia entre análisis exhaustivos y discusiones más someras de diversas formas de democracia digital es muy eficaz. Mejora la legibilidad y proporciona al lector una idea rápida y completa de la situación general. Además, como las secciones de "Profundización" siempre incluyen debates sobre los factores de éxito y los retos actuales, surge un patrón claro de lo que funciona y lo que no, y por qué.

En consecuencia, es casi un sueño hecho realidad cuando, en el capítulo que sigue a los estudios de casos, los autores presentan un análisis detallado de los "seis factores comunes para el éxito". Comenzando, de manera típica, con una advertencia sobre los efectos perjudiciales de los ejercicios de participación deficientes - muchas cosas han salido mal en el pasado - proceden a mostrar cómo debería ser un proceso de democracia digital bueno y exitoso. Nos exhortan a pensárnoslo dos veces, a ser honestos, a no esperar que lo digital sea la única respuesta, a no perder el tiempo, a no escatimar esfuerzos y a elegir las herramientas adecuadas. Quizás suene un poco severo, pero el resultado es un capítulo lleno de sugerencias, consideraciones y consejos muy prácticos que conviene tener a mano a la hora de planificar y aplicar cualquier forma de democracia digital.

Fuente: Democracia Digital: The Tools Transforming Political Engagement, p.64.

Importancia colectiva

En su penúltimo capítulo, el informe Nesta sigue reflexionando sobre hasta qué punto las nuevas herramientas y tecnologías pueden mejorar la calidad y la legitimidad de la toma de decisiones en nuestras instituciones democráticas. Las pruebas parecen ser "bastante dispares", ambiguas o simplemente inexistentes cuando no hay datos. Sí, la transparencia aumenta y, sí, podemos tomar mejores decisiones con "más ojos en un documento o proceso". Sin embargo, en general, el informe concluye de forma honesta y quizá algo dolorosa que la democracia digital no mejora necesariamente "la legitimidad de los procesos democráticos en su conjunto". Ni siquiera los costes de estos procesos se reducen gracias a la tecnología digital, como suele pensarse, sino que siempre aumentan considerablemente.

Se podría concluir, por tanto, que sería mejor abandonar por completo la democracia digital. Sin embargo, eso sería subestimar totalmente la importancia colectiva de todos los experimentos que se están llevando a cabo en la actualidad. El informe de Nesta demuestra de forma convincente que los cientos de herramientas y plataformas digitales que se utilizan actualmente en todo el mundo tienen un enorme potencial para fortalecer nuestra democracia, que hoy en día se encuentra asediada en muchos sentidos. Pero para hacer realidad este potencial, es necesario que el fenómeno alcance la mayoría de edad. Con su profundo conocimiento de la materia, pero sobre todo con su actitud crítica, los autores de Democracia digital han acercado mucho esta próxima fase. Son críticos porque creen firmemente en ella. Por esta razón, concluyen el informe con el capítulo "¿Qué sigue para la democracia digital?", que no sólo contiene muchos elementos de reflexión sobre posibles desarrollos futuros, sino que también sugiere que la democracia digital está aquí para quedarse y que más vale que empecemos a tomárnosla en serio.