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Luz para la inclusión

Publicado el 03-10-2018
Tiempo de lectura 2 minutos
  • Noticias
NIMD supports women politicians and women's parliamentary groups, working across political lines to strengthen inclusive legislation and break down barriers to participation.
El NIMD apoya a las mujeres políticas y a los grupos parlamentarios de mujeres, trabajando en todas las líneas políticas para reforzar la legislación inclusiva y derribar las barreras a la participación.

Este blog es el primero de una serie escrita por Dalila Brosto, Asesora de Conocimientos de NIMD, en la que se diseccionan supuestos comunes sobre la inclusión y cómo las nuevas interpretaciones pueden ayudar a nuestro trabajo de apoyo a la democracia.

Todo el mundo habla de inclusión. Se ha convertido en una palabra de moda en los últimos años, y su presencia ha sido omnipresente en artículos académicos, documentos de trabajo de organizaciones internacionales y boletines de ONG.

El énfasis en la "inclusión" en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no ha hecho sino ampliar su relevancia. Cuando la ONU adoptó estos 17 ambiciosos objetivos en un intento de transformar nuestro mundo para 2030, no había duda de que la inclusión ocupaba un lugar central en los objetivos 8, 10, 11 y 16.

Partiendo de este contexto, mi nueva serie de blogs tratará de desentrañar el significado de la inclusión en sus diferentes dimensiones. Al fin y al cabo, sólo cuando entendamos lo que entendemos por inclusión y sus dimensiones podremos hacer planes reales para lograrla. En esta entrada, examinemos primero qué es lo que ha llevado a la inclusión a un primer plano.

¿Por qué tanto alboroto?

Podría decirse que la creciente atención en torno a la inclusión está vinculada a las consecuencias de la globalización y la democratización. El crecimiento económico ha traído desarrollo, pero también desigualdad. Cuando el crecimiento sólo alcanza a determinadas partes de la población, muchas personas en todo el mundo quedan excluidas de los beneficios que aporta, como el acceso al agua, el saneamiento, la vivienda duradera, la educación y el empleo.

 

La democratización y la exigencia de igualdad de derechos han aumentado la participación de los ciudadanos menos favorecidos. Sin embargo, la corrupción, los conflictos étnicos y la delincuencia organizada siguen prevaleciendo y continúan desestabilizando a los países más débiles, excluyendo a los ciudadanos de la protección y, en ocasiones, obligándoles a convertirse en solicitantes de asilo.

Así pues, aunque la demanda de igualdad va en aumento, la igualdad en sí sigue estando fuera de nuestro alcance, y las personas son más vulnerables que nunca a las desigualdades que existen en sus sociedades y en todo el mundo.

Pero, ¿qué significa inclusión?

El término ''exclusión social'' fue utilizado por primera vez por los gobiernos socialistas franceses de los años 80 para referirse a un grupo de personas que vivían al margen de la sociedad. Después empezó a utilizarse en el contexto del objetivo de la UE de lograr la cohesión social y económica. El discurso político cambió con el tiempo y ahora el significado positivo o afirmativo de ''inclusión'' ha sustituido a su gemelo dialéctico.

Aunque tendemos a generalizar el término "inclusión", su significado varía drásticamente según el contexto y tiene diferentes narrativas. Una sociedad inclusiva varía de un país a otro y de una región a otra: las diferentes historias, culturas, instituciones y estructuras sociales de los distintos lugares hacen que algunas dimensiones de la exclusión -económica, social o política- sean más destacadas e importantes que otras. Por ejemplo, los países europeos homogéneos tienden a hacer hincapié en los conflictos de clase, mientras que las divisiones raciales son más prominentes en Estados Unidos, Sudáfrica, el Caribe y Brasil. Y aunque el género, la edad, la migración y la discapacidad son motivos de exclusión social en prácticamente todos los países, el alcance y la importancia de estas diferencias sociales también varían de un país a otro.

Por tanto, los contextos nacionales y culturales determinan las formas y dimensiones de la exclusión social, así como los planteamientos políticos de cara a la inclusión social en la vida económica, social y política.

Por lo tanto, la inclusión adopta muchas formas, y es difícil utilizar el mismo enfoque en diferentes contextos. Por eso, a través de esta serie de blogs, insistimos en desgranar las distintas dimensiones de la inclusión para comprender mejor las diferentes vías para alcanzarla. Esperamos que estas reflexiones ayuden a subrayar su relevancia y a construir una perspectiva crítica, que nos ayude a analizar las barreras a la inclusión en todo el mundo.

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